Pese a que su historia destructiva es corta en comparación con las batallas en tierra y mar que han marcado las guerras durante milenios, la guerra aérea ha tomado gran fuerza, pese a que hace poco más de un siglo que existen las aeronaves. Estas son las cinco batallas aéreas más memorables que, sin duda, han contribuido a determinar la forma en que se combate hoy en día.

La Batalla de Inglaterra: Fue un conjunto de combates aéreos librados en cielo británico y sobre el Canal de la Mancha, entre julio y octubre de 1940, cuando Alemania buscó destruir a la Royal Air Force (RAF) para obtener la superioridad aérea necesaria para una invasión de Gran Bretaña, la operación León Marino.

La Batalla de Inglaterra: Adolf Hitler no creía posible conseguir una invasión anfibia con éxito sin neutralizar antes a la RAF. Los objetivos secundarios eran destruir la producción de aeronaves y las infraestructuras terrestres para obligar al Gobierno británico a buscar alguna solución negociada. Los alemanes fueron derrotados por los británicos.

B-24. Semana Grande: La aviación de EE.UU. emprendió su campaña para destruir la Luftwaffe (Fuerza Aérea alemana en la época nazi) durante la operación Big Week ('Semana Grande') entre el 20 y el 25 de febrero de 1944, como parte de la campaña de bombardeo estratégico.

Boeing B-17E. 'Semana Grande' Uno de los acontecimientos más importantes de la 'Semana Grande', fue la entrada en combate del P-51 Mustang. Estos cazas escoltaron a los bombarderos de la USAAF hasta el objetivo y durante su regreso. Los Mustang superaban a cualquier caza alemán con motor de pistón y tenían la suficiente potencia de fuego como para destruirlos.

El Callejón de los MiG: El Callejón de los MiG es el nombre que le dieron los pilotos de la Fuerza Aérea de EE.UU. a la parte noroccidental de Corea del Norte, donde el río Yalu desemboca en el Mar Amarillo. Durante la Guerra de Corea, se desarrollaron en este lugar numerosos combates aéreos cerrados entre los aviones de combate a reacción estadounidenses y los usados por las fuerzas comunistas, especialmente de la URSS, lo que fue confirmado después de la caída del bloque soviético.

North American F-86 Sabre. El Callejón de los MiG: Los aviones que se usaron durante la mayor parte del conflicto fueron el F-86 Sabre estadounidense y el Mikoyan-Gurevich MiG-15 de fabricación soviética. El Callejón de MiGs es considerado el lugar de nacimiento de los combates aéreos de aviones a reacción.

Boeing B-52D. 'Linebacker II': Linebacker II fue el nombre código oficial dado al bombardeo aéreo de los dos centros industriales principales de Vietnam del Norte entre el 18 y el 29 de diciembre de 1972. El B-52 fue su principal protagonista, pues participaron unas doscientas naves de este tipo de bombardero polirreactor.

B-52. 'Linebacker II': La experiencia adquirida durante las primeras fases de 'Linebacker II', en las que los B-52 bombardearon sus objetivos en distintas oleadas con un intervalo de tres o cuatro horas, demostró que los misiles tierra-aire eran la principal amenaza para las fuerzas de bombardeo: Al cabo del cuarto día, once B-52 habían caído a manos de la red defensiva norvietnamita.

Sea Harrier FRS1. La Guerra de las Malvinas: A pesar de las desventajas de las fuerzas argentinas (aviones viejos, despegues desde pistas en el continente, reabastecimiento aéreo de combustible con solo dos aviones KC-130 Hércules, muy poco combustible), la Fuerza Aérea Argentina luchó de manera aguerrida y estuvo a punto de doblegar a las fuerzas británicas. La Royal Navy subestimó las capacidades de la FAA y fue sorprendida por los aviadores argentinos, quienes volaban a ras del agua evitando ser detectados por los radares de los buques británicos y burlando los modernos sistemas antiaéreos. Esto le permitió a los pilotos acercarse lo suficiente como para efectuar los ataques.

Super Étendard argentino. La Guerra de las Malvinas Los aviones argentinos debían volver rápidamente hacia sus bases en el continente antes de que se les agotara el combustible, y quedaban expuestos sin armamento a ataques de las patrullas de aviones Harrier que salían a cazarlos. Fue por esta razón que Gran Bretaña logró derribar una gran cantidad de aeronaves argentinas, unido a la pericia de sus pilotos, que demostraron en el primer y único choque entre aviones Harrier y Mirage poseer mejores tácticas de combate que sus pares argentinos.



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