En teoría de la información, la redundancia es una propiedad de los mensajes, consistente en tener partes predictibles a partir del resto del mensaje y que, por tanto, en sí mismo no aportan nueva información o "repiten" parte de la información.

En numerosas aplicaciones, así como en las lenguas naturales la redundancia es una estrategia ampliamente usada para evitar malentendidos o errores de decodificación. Descriptivamente, la redundancia constituye un factor comunicativo estratégico que consiste en intensificar, subrayar y repetir la información contenida en el mensaje a fin de que el factor de la comunicación ruido no provoque una pérdida fundamental de información. También tiene como significado ‘exceso’. 

El pleonasmo es un tipo de redundancia consistente en la repetición de elementos léxicos aparentemente innecesarios en una oración, donde aparecen uno o más términos redundantes (por ejemplo: sal para fuera).

Algunos ejemplos típicos de pleonasmo son:
  • Lo vi con mis propios ojos.
  • ¡Métete adentro!
  • Sube para arriba.
  • Baja para abajo.
  • Sal para afuera.
  • Entra para adentro.
  • Un viejo anciano.
  • Regalos gratis.
  • Lava volcánica.
  • Lapso de tiempo.
  • Ven aquí.
Aunque en muchos contextos las oraciones anteriores son pleonásticas o redundantes, debe tenerse en cuenta que existen motivaciones para remarcar pleonásticamente el significado. Por ejemplo, si bien la oración "Sube para arriba" es redundante pues "siempre se sube hacia arriba", debe tenerse presente que existen expresiones como sube la tensión, suben los precios, ... que no implican movimiento real de ningún objeto (y algo similar sucede con "Bajar abajo". En cuanto a "Salir afuera" si bien parece que siempre se "sale hacia afuera" existen expresiones metafóricas como salir adelante, salir airoso, salir sonrojado que no implican realmente movimiento. Tal vez el intento de distinguir los significados literales de los metafóricos es lo que ha llevado a algunos hablantes a introducir pleonasmos.

Ahora bien, hay pleonasmos que por ser demasiado obvios se convierten en barbarismos:
  • Hielo frío
  • Círculo redondo

Uso del pleonasmo
En algunos casos el pleonasmo tiene valor expresivo y se utiliza como recurso estilístico, como sucede en estos ejemplos, tomados de sendos romances tradicionales:

Allí arriba en aquel cerro
hay un lindo naranjel
que lo cría un pobre ciego,
pobre ciego que no ve.
(Romance de la huida a Egipto)

Te echaré cordón de seda
para que subas arriba;
si la seda no alcanzare,
mis trenzas añadiría.
(Romance del enamorado y la muerte)




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