Piscinas, ríos y playas tienen peligro. Si te vas a pique, tira de la palanca del Kingii y un flotador se hinchará en un segundo para sacarte a la superficie.
El dispositivo, de solo 160 gramos de peso, se adapta a las muñecas de todas las personas mayores de seis años. Cuenta con un cartucho reemplazable de CO2 que se abre cuando tiras de la pequeña palanca; el gas liberado llena la bolsa, que se guarda en un pequeño compartimento.
No puede sustituir a un chaleco salvavidas, pero sí mantenerte con vida hasta que llegue el rescate.
No puede sustituir a un chaleco salvavidas, pero sí mantenerte con vida hasta que llegue el rescate.
El miniflotador es de color naranja, para que resulte fácil de ver, y su forma hexagonal permite agarrarse a él con facilidad. El equipo se completa con un silbato para pedir ayuda si estamos lejos de otras personas, y una pequeña brújula integrada en la pulsera.
El Kingii es fruto de la imaginación de Tom Agapiedes, un estadounidense que lo inventó despúes de que un amigo suyo se ahogara. Su creación no puede sustituir a un chaleco salvavidas, pero sí mantenerte con vida hasta que llegue el rescate.
Cuesta 90 euros y no tiene gastos de envío.