Cerca del 90% de las personas con alergias alimentarias reaccionan ante ocho tipos de comida: cacahuetes, nueces, trigo, soya, huevos, leche, mariscos y pescados. En los últimos años, los casos de personas alérgicas han aumentado de manera considerable y misteriosa. Ahora, científicos de la Universidad de Melbourne, en Australia, sugieren que la falta de fibra dietética podría ser parcialmente responsable.
 
El equipo de investigadores, liderado por el inmunólogo Charles Mackay, asegura que las bacterias en el intestino cuentan con las enzima necesarias para digerir la fibra dietética, y cuando lo hacen, producen sustancias que podrían impedir una reacción alérgica. 
 
Las bacterias son necesarias para procesar muchas fibras no digeribles que alguna vez fueron una parte importante de la dieta del ser humano. Sin embargo, la dieta moderna, abundante en azúcar, grasa y carbohidratos refinados, promueve el desarrollo de diferentes tipos de bacterias en el intestino.
 
En cambio, la fibra favorece el crecimiento de una clase de bacteria benéfica llamada Clostridium, la cual produce ácidos grasos de cadena corta. Éstos previenen que las células del intestino se vuelvan demasiado permeables y dejen pasar partículas de alimentos, microorganismos y demás sustancias a la sangre, ocasionando que los anticuerpos respondan a ellos como invasores y generen una reacción alérgica.
 
Hasta ahora, la investigación se ha llevada a cabo principalmente en ratones. Si bien es probable que otros factores ambientales, como los antibióticos, jueguen un papel en la aparición de las alergias alimentarias, los resultados podrían ayudar a proteger e incluso revertir las alergias con ayuda de probióticos conteniendo Clostridium y alimentos altos en fibra.


 

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