Mientras el agresor presta atenciĂłn al rabo, que se agita convulsivamente, el lagarto se escabulle indemne. De ese modo el depredador come algo y el lagarto conserva la vida.
Tarde o temprano, le crecerĂĄ una cola nueva, tan buena como la primera, pero el reptil ya no podrĂĄ desprenderse de ella.
En algunas ocasiones, durante la regeneraciĂłn se produce una bifurcaciĂłn del cordĂłn cartilaginoso; esa bifurcaciĂłn, al seguir con el proceso de crecimiento, da como resultado que aparezcan dos colas.