El cuerpo de la rana, corto y sin cola, así como sus poderosas patas traseras convierten a este anfibio en un gran saltador.
Por ejemplo. la rana toro americana, que habita en el oeste de América del Norte puede saltar 9 veces la longitud de su cuerpo,  y la pequeña rana nariz afilada de Sudáfrica, 40 veces, el equivalente a un salto olímpico de 75m. Oficiosamente el récord de longitud lo tiene una rana que saltó en 1986 una distancia de seis metros y medio.
En descanso, la rana se sienta sobre las ancas, con las patas traseras recogidas y las delanteras extendidas.
Cuando necesita moverse, se prepara para saltar. Entonces las patas traseras se estiran y empujan contra el suelo, impulsando a la rana hacia arriba y adelante en un ángulo de 45 grados.
Segun sugieren algunos estudios, el secreto está en la elasticidad de sus músculos y la forma en que los pliegan un instante antes de saltar: los relajan y provocan un pequeño alargamiento que multiplica la energía del salto.




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