La siguiente experiencia fue compartida por Joseph G, un oficial de policía de Miami, Florida en el sitio web de la NDERF ( Fundación para la Investigación de Experiencias Cercanas a la Muerte).:

Fui a la sala de urgencias del hospital debido a una reacción adversa a la vacuna del tétanos. Ya dentro de la sala de urgencias me dieron dos dosis de penicilina. Después de la segunda inyección, me caí al suelo.

De repente, me encontré flotando en el techo, viendo la confusión que pasaba en la habitación. mi cuerpo se encontraba en la camilla con mucho temblor. La habitación estaba llena de personas trabajando en mi, golpeando mí pecho para revivirme.

La enfermera, la enfermera dio la última palabra ella estaba sentada en piso de  la esquina totalmente histérica. Vi a los doctores con las paletas eléctricas tratando de revivir mi corazón, sin tener suerte. De pronto me pareció oír a alguien decir que yo ya estaba muerto.

Cuando en ese momento, un doctor entro en la habitación, empujando a todos fuera del camino. Llevaba una jeringa con una aguja muy larga y la hundió en el pecho. Esa fue la última cosa que recuerdo.

Una semana más tarde, de repente me desperté. Yo estaba en una habitación de hospital. Como me desperté, el médico entró en la habitación. Lo reconocí como el que tenia esa aguja. Las primeras palabras que le dije fueron: "Yo supongo que es algo bueno lo que hiciste cuando viniste a verme."

El medico estaba totalmente sorprendido!, le dijo a la enfermera que yo había hablado demasiado? Ella le dijo: "Nadie, que acaba de despertar de un coma habla mucho." Le dijo a la enfermera que no dejara que hablara con nadie incluida ella hasta que él volviera.

Cuando regresó, tenía un gran grupo de médicos con él. Él me pidió que repitiera lo que dije. Yo lo hice. Él dijo que no había manera de que yo lo ubiera visto y además aver visto la jeringa que le inyacto en el pecho, que yo estaba muerto para entonces. Él me pidió que le dijera qué más me acordé. Yo les recordé todo lo que pasó y describe todo lo que vi.


Todos ellos se sorprendieron porque yo estaba muerto durante todo ese tiempo en que ocurrieron esos acontecimientos. Recuerdo que más tarde este medico me dijo que el era un ateo, pero que apartir de ese día ya no más.

Desde entonces hasta hoy, yo no le temo a la muerte, de hecho espero con ansias. Siento que Dios me rechazó, por que tiene un propósito para mí.

Desde ese episodio, he tenido muchas experiencias peligrosas que matarían a cualquier otra persona. pero no a mí.






ANUNCIO PATROCINADO



Con la tecnología de Blogger.