En una entrevista con un medio ruso, el motorista dijo que bajar al metro en moto era uno de sus sueños. El plan era simple: elegir un momento en que la estación estuviera casi vacía, aproximadamente a la una de la noche, hora de cierre del metro de Moscú. Y luego, sin llamar mucho la atención, bajar en motocicleta al paso subterráneo y, finalmente, entrar a la estación de metro, atravesarla e ir a través de la puerta de salida y a la calle.
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