William utiliza para sus escenas todo tipo de alimentos y en ellos coloca diminutas figuras humanas.
Con su imaginación transforma una naranja en una piscina, guindillas en hogueras, un calabacín en un cañón de circo, cocos en montañas o una pitaya en una pared para la escalada.
En estas fotografías puedes apreciar, con todo detalle, algunas de sus mejores composiciones.