En los últimos 30 años, el número de anfibios se ha reducido drásticamente como consecuencia del cambio climático, la destrucción de hábitat, especies invasoras…
Anfibios
Los antepasados de los actuales anfibios, descendientes de los peces, fueron los primeros vertebrados que consiguieron adaptarse a una vida semiterrestre, hace unos 360 millones de años. Con posterioridad, darían lugar a los reptiles, aves y mamíferos.
El nombre anfibio significa “ambas vidas” en griego, y se debe a que sufren una transformación total durante su desarrollo, denominada metamorfosis. Durante su fase larvaria respiran a través de branquias mientras que en estado adulto emplean pulmones como sistema primario y la piel como secundario. Sin embargo, algunas especies terrestres se valen únicamente de su piel para respirar.
Los antepasados de los actuales anfibios, descendientes de los peces, fueron los primeros vertebrados que consiguieron adaptarse a una vida semiterrestre, hace unos 360 millones de años. Con posterioridad, darían lugar a los reptiles, aves y mamíferos.
El nombre anfibio significa “ambas vidas” en griego, y se debe a que sufren una transformación total durante su desarrollo, denominada metamorfosis. Durante su fase larvaria respiran a través de branquias mientras que en estado adulto emplean pulmones como sistema primario y la piel como secundario. Sin embargo, algunas especies terrestres se valen únicamente de su piel para respirar.
Los anfibios son animales de sangre fría que no pueden generar su propio calor corporal por lo que dependen de la temperatura de su entorno para sobrevivir. Aún así, ocupan la mayoría de ecosistemas, excepto los antárticos. Existen en torno a 6.600 especies de anfibios de los cuales un 90% son ranas y sapos, un 9% salamandras y tritones, y el resto, cecílidos, similares a las lombrices al no contar con extremidades.
Ranas y Sapos
Estos anfibios ponen huevos en medios acuosos donde pasan la fase de renacuajo. Se diferenciaron de los anfibios ancestrales al desarrollar largas patas traseras para saltar. El anfibio (y vertebrado) más pequeño es una rana de Nueva Guinea (Paedophryne amauensis) con 7’7 mm de longitud. La llamativa coloración de algunas especies advierte de su veneno.
Salamandras y Tritones
Las salamandras representan los anfibios menos evolucionados. La salamandra china gigante (Andrias davidianus), con 1’8 m de longitud, es la más grande.
CecílidosEstos escasos anfibios viven bajo tierra o en el agua. Han perdido prácticamente sus ojos al sustituirlos por apéndices sensoriales.
SOS ANFIBIOS
Los anfibios se están muriendo en cantidades alarmantes. Se estima en 122 las especies que se han extinguido desde 1980. De las 6.600 especies actuales, 500 están en peligro de extinción inminente y durante los próximos cincuenta años podrían desaparecer la mitad de las especies. Este ritmo de extinción es inusual y se debe a diversos factores: destrucción de su hábitat por el ser humano, competencia de especies invasoras, polución y contaminación, calentamiento global, destrucción de la capa de ozono, etc.
A su vez, los anfibios están siendo diezmados en todas las partes del mundo por un hongo letal, el chytrid fungus, que infecta su piel, impidiendo que respiren y regulen su nivel de agua normalmente. Este hongo se propagó desde África por la exportación de la rana africana de uñas (Xenopus laevis) para ser utilizada como prueba de embarazo. Se cree que el avance de este hongo se ha visto potenciado por el cambio climático, ya que provoca el aumento de las temperaturas de las zonas húmedas donde habitan los anfibios, debilitando su piel, lo que conlleva a una mayor susceptibilidad a desarrollar la enfermedad.
Hoy por hoy, esta enfermedad es imparable e intratable aunque se estudian algunas especies de anfibios que cuentan con glándulas venenosas en su piel que además de protegerles contra predadores les sirven de defensas contra las enfermedades causadas por hongos y bacterias, al tener propiedades fungicidas y antibacterianas.
Una consecuencia de su desaparición es la proliferación de algas en los arroyos dado que los renacuajos se alimentan de ellas. Con ello, la eutrofización de los ríos produce de manera general un aumento de la biomasa y un empobrecimiento de la biodiversidad al provocar la intoxicación de la fauna mayor.
A su vez, los anfibios están siendo diezmados en todas las partes del mundo por un hongo letal, el chytrid fungus, que infecta su piel, impidiendo que respiren y regulen su nivel de agua normalmente. Este hongo se propagó desde África por la exportación de la rana africana de uñas (Xenopus laevis) para ser utilizada como prueba de embarazo. Se cree que el avance de este hongo se ha visto potenciado por el cambio climático, ya que provoca el aumento de las temperaturas de las zonas húmedas donde habitan los anfibios, debilitando su piel, lo que conlleva a una mayor susceptibilidad a desarrollar la enfermedad.
Hoy por hoy, esta enfermedad es imparable e intratable aunque se estudian algunas especies de anfibios que cuentan con glándulas venenosas en su piel que además de protegerles contra predadores les sirven de defensas contra las enfermedades causadas por hongos y bacterias, al tener propiedades fungicidas y antibacterianas.
Una consecuencia de su desaparición es la proliferación de algas en los arroyos dado que los renacuajos se alimentan de ellas. Con ello, la eutrofización de los ríos produce de manera general un aumento de la biomasa y un empobrecimiento de la biodiversidad al provocar la intoxicación de la fauna mayor.