El ingeniero británico Alan Bond ha estado desarrollando un nuevo concepto durante más de 30 años y ahora está a punto de lograrlo. La intención es que su diseño del "avión espacial" Skylon resista varios usos, y requiera de mínimas reparaciones y tiempo para realizar las operaciones de carga y descarga, para que pueda funcionar como una unidad de respuesta rápida en las misiones espaciales, e ir más allá de los actuales horizontes.
"La idea es remplazar los cohetes actuales", dice Bond. "La tecnología en la que estamos trabajando permitiría realizar misiones más frecuentes y confiables por muchos factores".
Lo fundamental para el diseño es un sistema HOTOL (despegue y aterrizaje horizontal) similar al de un avión -aunque con una pista mucho más larga- a fin de que la nave regrese intacta. Aparte de esto, el equipo de Bond en Reaction Engines Ltd. ha inventado múltiples tecnologías nuevas. La más importante es un ingenioso prototipo de motor, el SABRE (Motor de cohete con respiración sinérgica de aire).
Si bien los cohetes actuales llevan varios tanques pesados de combustible que se utilizan y se desechan durante el transcurso del viaje, SABRE impulsa la nave con una sola cámara que contiene oxígeno e hidrógeno líquido. Minimiza la carga al tomar oxígeno de la atmósfera durante el ascenso, el cual se enfría y se combina con hidrógeno para hacer el combustible. Una vez la nave alcanza una altitud de 28 kilómetros, el motor pasa a usar el oxígeno líquido almacenado.
"Ya pasamos los obstáculos más importantes, y lo que tenemos ahora son problemas normales de ingeniería", dice Bond. "Hay que diseñar y hacer pruebas, pero sin duda, con las eficiencias de la física de las que el motor depende... hemos llegado a la meta".