Es decir: sólo en una cultura donde la limpieza ya es un valor, este valor puede tornarse verdaderamente heroico: cómo llevar a su extremo un deber con el que todos pueden identificarse. Hay que recordar que los superhéroes son una especie de triunfo democrático a la vez que solitarias excepciones de los valores sistémicos, cuya supervivencia aseguran a través de sus superpoderes.
Mangetsu-man parece un monje: su objetivo es que, limpiando las calles de Tokio, “pueda limpiar toda la negatividad del mundo”. El curioso personaje ha concentrado sus esfuerzos en el icónico puente Nihonbashi, el cual perdió gran parte de su atractivo simbólico cuando el gobierno construyó unas vías de tren por encima del puente, antes de los Juegos Olímpicos de 1964.
El superhéroe es también el rostro de un esfuerzo político civil para exigir la reubicación de las vías y restaurar el estatus simbólico del puente antes de las Olimpiadas de 2020, a celebrarse en la ciudad.