Cuando tienes una impresionante lista de tareas pendientes, el tiempo parece irse en un abrir y cerrar de ojos. Y ahora un estudio encontró que tener objetivos en conflicto –como trabajar tarde para impresionar al jefe y hacer tiempo para tu familia– hace que dé la impresión de que el tiempo pasa más rápido. Así lo informa el portal MailOnline.
Los investigadores señalan que estar bajo presión puede conducir a la ansiedad y nos hace pensar que estamos cortos de tiempo, sin embargo reducir el estrés podría ser una solución.
De hecho, el estudio encontró que simplemente con respirar profundo y decir: “Estoy emocionado”, se mejoran las habilidades de afrontamiento y retrasa la percepción del tiempo en una persona.
La investigación fue llevada a cabo en Estados Unidos por la profesora Jordan Etkin de la Fuqua School of Business de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.
Con sus colegas buscaba lo que nos hace sentir presionados por el tiempo y como esto afecta nuestro comportamiento. La gestión de las tareas pendientes y el equilibrio entre la vida laboral, a menudo hace que el tiempo parezca pasar muy rápidamente.
La conclusión fue que tener metas en conflicto provoca ansiedad en las personas, lo que las lleva a pensar que están cortas de tiempo.
Como solución al problema, la profesora Etkin y sus colegas dijeron que los ejercicios de respiración podrían restaurar el sentido del tiempo de las personas.
A la mitad de los participantes en el experimento, que habían dicho que tenían objetivos en conflicto, se les pidió que se tomaran 11 segundos para respirar profundo, mientras a la otra mitad que no lo hicieron se les pidió simplemente que contaran hasta 11.
Los respiradores lentos reportaron menos ansiedad y una perspectiva de tiempo mayor que el grupo de recuento.
Del mismo modo, los sujetos en conflicto dijeron que repetir en voz alta: “¡Estoy emocionado!”, también se sentían como si tuvieran más tiempo disponible.
El conflicto de objetivos es a menudo (un problema) acerca de la percepción”, dijo la profesora Etkin.
En muchas situaciones, no tenemos que sentir ese conflicto. Las tácticas sencillas identificadas en mi investigación pueden ayudar a controlar esa experiencia”.
En sus experimentos, la profesora Etkin y sus colegas estudiaron a personas que vieron a sus objetivos compitiendo y las que veían poco conflicto.
En el primer experimento, se pidió a los sujetos enlistar dos objetivos que estuvieran en conflicto entre sí, mientras que un grupo de control aparecen dos objetivos sin mención de conflicto.
A continuación, los investigadores registraron sus percepciones del tiempo disponible. Los participantes que consideraban sus objetivos en conflicto sentían que tenían menos tiempo. Esto se mantuvo independiente de si el conflicto involucraba dinero o tiempo.
Otro experimento pidió a los participantes que eligieran entre dos autos, sobre la base de investigaciones anteriores que identificaron la seguridad y la contaminación como dos grandes preocupaciones de los consumidores.
A los participantes que se les dijo que el coche con la peor tasa de supervivencia era más amable con el ambiente –poniendo dos objetivos valorados en conflicto- reportaron sentir más estrés y tener menos tiempo que a los que les ofrecieron un coche que fue claramente superior en ambas categorías.
Los investigadores también encontraron que el estrés generado por los objetivos contrapuestos hizo que los consumidores estuvieran menos dispuestos a esperar y más dispuestos a pagar para ahorrar tiempo.
En un giro del experimento, a los participantes se les dijo que el coche elegido no estaba listo y se preguntó cuánto tiempo estarían dispuestos a esperar. Quienes estaban en el grupo de alto conflicto estaban dispuestos a esperar menos días que los que tenían menos conflicto.
En otro escenario, los sujetos con objetivos en conflicto estaban dispuestos a pagar 30% más por el envío apresurado de un DVD.