Los vehículos policiales fueron alertados y comenzó la persecución. En el video, registrado con la cámara de uno de ellos, se puede ver al animal avanzando a paso firme. De fondo, se escuchan los gritos desesperados de los oficiales, que no sabían cómo detenerlo.
Rápidamente, descubrieron que la mejor alternativa para no empezar a disparar en medio de la calle era atropellarlo.
Pero, increíblemente, la bestia resistía los embates del automóvil, que lo golpeó en reiteradas oportunidades. Cada vez que eso ocurría, salía volando, caía en el suelo y luego se levantaba.
Cuando ya casi no podía aguantar más los golpes, el toro se refugió en un parque. Recién allí pudieron detenerlo.
Los policías lo siguieron a pie, y luego de dispersar a la gente, lo mataron de cuatro disparos. El castigado animal quedó tirado a los pies de un árbol.