Que las nuevas tecnologías hayan cambiado nuestros hábitos de consumo resulta una obviedad desde hace tiempo, y esto también es así en cuanto a dónde y cómo vemos películas en casa y las series que nos tienen enganchados. El título de este texto no es ninguna broma: los nativos digitales, es decir, las generaciones nacidas desde la década de los ochenta, ya no se sientan a ver la televisión. Aunque se sigue innovando vigorosamente con el propio aparato para diversas utilidades, es el propio consumo televisivo tradicional lo que parece que tiene los días contados.
Lo que quiero, cuando quiero y como quieroLa razón principal de que esté sucediendo este abandono progresivo y que ya no se congreguen, como sus padres y abuelos, frente al televisor es que las nuevas tecnologías, no sólo permiten un consumo audiovisual a la carta, sino también detener las veces que uno quiera ese consumo y compaginarlo con toda otra actividad que podamos realizar online. Es decir, ahora se ven las películas, series y cualquier otro tipo de contenido audiovisual que se desee, en el momento del día que se quiera, además, se puede detener el visionado y comprobar si se ha recibido algún correo electrónico, navegar un rato y hasta comentar en las redes sociales lo que estan.
El caso es que, en Estados Unidos, la consultora de mercados Nielsen ha determinado que el retroceso de horas de consumo televisivo entre los 18 y los 24 años se reduce en cerca de una hora cada año. Según un estudio de Verizon, los millennials, nacidos entre 1985 y 1994, triplican el consumo de televisión online. Y por otra parte, Argentina es el país con el mayor porcentaje de internautas que ven vídeos online del mundo, hecho que se quiere estudiar con profundidad con objeto de comprender, precisamente, estos cambios en los hábitos de consumo o, más bien, los hábitos de consumo que ya poseen de entrada las generaciones más jóvenes.
Las segundas pantallas
En el mismo estudio de Verizon sobre los millennials se constata que más de la mitad de estos jovenzuelos utiliza un segundo dispositivo mientras ve la televisión, por lo general, su smartphone. Pero, ¿para qué?
Cada vez se alejan más los tiempos del consumo televisivo de la pasividad, de arrellanarse ante el aparato y simplemente tragar y tragar contenido. Ahora, uno tiene la oportunidad de interactuar en las redes sociales con la comunidad de espectadores que se encuentran viendo la misma emisión, comentándola, opinando sobre ella. Tanto es así que los mismos programas de televisión destinan personal a atender las redes y un espacio para los Los millennials quienes tuitean mientras ven la televisión. Por no hablar del temor de los anunciantes de que pocos vean lo que tienen para vender durante las pausas publicitarias porque muchos estén dale que te pego con sus teléfonos móviles.