¿Por qué vemos amarillo al Sol?
Visto desde la Tierra, el Sol parece amarillo debido a la interacción de la luz solar con las moléculas que componen la atmósfera, pero se encuentra en el horizonte se ve rojizo porque la luz se descompone por la atmósfera terrestre. En realidad, visto desde el espacio, luce blanco. "Su color cambia en función de la composición de la atmósfera", indica José Franco, científico del Instituto de Astronomía de la UNAM. Así, los fotones se dispersan en ciertos ángulos al interactuar con los átomo de gases y partículas de la atmósfera, alterando los colores percibido.

¿La luna tiene atmósfera?
Hasta antes de que el ser humano la conquistara, había mitos milenarios sobre la composición y el origen de la Luna. "Se pensaba que era solo una acumulación gigante de ruinas dejadas en los inicios de la formación del Sistema Solar; esencialmente un meteorito enorme", afirma Lynette Madison, del Centro Espacial Lyndon B. Johnson de la NASA, en Houston. "Las exploraciones probaron que este no es el caso y ahora sabemos más sobre su origen".

En la actualidad se conoce que el satélite natural de la Tierra tiene una atmósfera prácticamente insignificante. Debido a su baja gravedad, la envoltura gaseosa que la rodea es de menos de un cienbillonésima parte la densidad atmosférica de la Tierra, a nivel del mar.

Se ha detectado la presencia mínima de algunos átomos de sodio, potasio, argón y helio, pero su superficie carece de protección ante la radiación solar.

El propio Neil Armstrong recordaría esta falta de atmósfera: "Aunque la lógica habría dicho que se hacen nubes de polvo al aterrizar, en la Luna no se produjo ninguna debido a la falta de atmósfera, era sorprendente la falta de polvo".



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