Esa es la leyenda. Pero en realidad, la manzana de Adán es el resultado del crecimiento de la caja de voz (laringe) del hombre. La protuberancia de cartílago se hace evidente durante la pubertad, cuando la laringe crece. Este crecimiento es lo que produce que la voz se vuelva más grave.
La laringe femenina también crece, sólo que a menudo no tanto. Como resultado, las mujeres adolescentes y adultas suelen tener voces más agudas que los hombres, y usualmente no desarrollan una manzana de Adán. Sin embargo, en algunas chicas si resulta visible.
La aparición de la prominencia laríngea en una mujer puede suceder debido a varias razones. Algunas veces, es una anomalía anatómica, un rasgo genético o el resultado de un desbalance hormonal sucedido en la pubertad. En otras ocasiones, lo que pareciera una manzana de Adán en realidad puede ser otro crecimiento provocado por un estado de salud.
Debido a que el rasgo suele estar relacionado con la masculinidad, la confianza y autoestima de las mujeres que lo presentan pueden verse afectadas. En caso de ser necesario, la terapia puede ayudar a ganar perspectiva y confianza en si mismas. Otra opción es recurrir a la cirugía para reducir el tamaño de la protuberancia, pero ésta podría dejar una cicatriz.