Mandar mensajes de texto sexuales suele ser juzgado como algo malo. Frecuentemente es mostrado en los medios como una práctica realizada entre los jóvenes, pero los mensajes de texto sexuales también pueden jugar un rol en la intimidad adulta que a menudo se ignora.
Investigadores de la Universidad de Drexel, entrevistaron a 870 adultos de entre 18 y 82 años para evaluar su comportamiento respecto a los mensajes sexuales y si esto a influido en sus relaciones. Entre los entrevistados cerca del 88% reportó haber enviado mensajes sexuales en su vida. El 82% admitió haberlo hecho el año pasado.
Los participantes que mandaban mensajes con contenido sexual en general reportaron niveles más altos de satisfacción en su relación y sexualidad, aunque la asociación no necesariamente es de causa y efecto.
La hipótesis inicial de los científicos es que existían diferencias entre los mensajes enviados por hombres y mujeres. En cambio, descubrieron que no había distinciones de género en los textos. Y que para que los mensajes con contenido sexual beneficien una relación hay que tomar en cuenta el contexto y el motivo.
Ciertamente enviar mensajes sexuales tiene su riesgo. Lo que comienza como un momento privado entre dos personas puede convertirse en algo viral en segundos. La presión social, la vergüenza social y el intercambio del contenido sin el consentimiento han sucedido en el pasado e incluso arruinado la vida de personas.
Sin embargo, en el contexto apropiado, la tecnología puede ser utilizada para incrementar la intimidad. Convirtiéndose cada vez más en una parte de las relaciones, particularmente con la popularidad de las redes sociales y las citas en línea.
Los resultados fueron presentados en la Conferencia Anual de Psicología Estadounidense.