Los perros nunca dejan de sorprenderme. Quizás sea por su inteligencia, su capacidad de comprender los sentimientos y emociones humanas prácticamente a la perfección o el hecho de que tengan un olfato hiperdesarrollado, o quizás son todas las anteriores juntas. Lo cierto es que esta vez quien llamó mi atención fue un joven golden retriever, que tras separarse de su madre para comenzar una nueva vida con su familia adoptiva, no volvió a verla por meses…hasta ahora.
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