Así lo ha demostrado un estudio de la Universidad de California, cuyos resultados ponen de manifiesto que dormir entre 60 y 90 minutos mejora el rendimiento durante el aprendizaje, la memoria verbal y las habilidades motoras mucho más que una taza de café.
El principal inconveniente de la siesta es el tiempo que requiere, ya que no siempre disponemos de una hora para dedicarle al sueño. Según un estudio de la revista Nature Neuroscience, dormir entre 10 y 30 minutos también proporciona mejor descanso que el café, pero el tiempo tiene que ser justo. Si te pasas de la media hora, sufrirás una disminución de la destreza motora y tendrás una mayor sensación de cansancio por no haber completado adecuadamente el ciclo de sueño.
En resumen, en caso de tener tiempo, la mejor alternativa para vencer el cansacio es dormir una siesta de entre 60 y 90 minutos, y el mejor momento para hacerlo es de 13.00 a 15.00 horas, que es cuando el cerebro está más cansado.
Si no tienes tiempo para echarte la siesta, tomar un café es una alternativa interesante para ganarle la batalla al sueño. La cafeína te proporciona una mayor sensación de estar despierto que dormir, y también se ha demostrado que favorece más el estado de alerta en las personas mayores de 40 años de unas horas de sueño.
Otra alternativa puede ser la combinación de una siesta con una taza de café que, en caso de que puedas conciliar el sueño, será la opción ideal. Según varios estudios de la Universidad de Loughborough en el Reino Unido, si tomas café antes de quedarte dormido los efectos de la cafeína estarán comenzando cuando te despiertes, de manera que mejora el estado de alerta y evita la somnolencia posterior.