Las primeras pantallas táctiles causaron enorme impresión cuando muchos las vimos por primera en la televisión; ya existían en la industria y en museos, pero su conocimiento masivo lo trajo la TV. Cuando llegaron a los móviles, resultó ser todo un lujo poder ver una secuencia de fotos tan solo desplazando el dedo sobre la pantalla.
Los humildes que todavía no teníamos el aparato de última generación, escondíamos nuestro dinosaurio. Eso es pasado, pero como el engranaje nunca puede parar, el futuro que pronto será viejo ya está a punto de llegar. Al final del post puedes ver un video de una tecnología de seguimiento y control ocular para controlar un ordenador con la vista.
Las maravillas del rudimentario ojo humano
La medicina ha hecho trasplantes de corazón, hígado, riñón, extremidades, rostro y otros órganos. Están pendientes los de cerebro y ojos, que son los componentes más fascinantes del organismo.
Durante mucho tiempo, los adversarios de la teoría de la evolución ponían como ejemplo de lo errado que estaba Darwin que algo tan complicado como un ojo era imposible de concebir sin la intervención divina. La visión ya había conseguido un lugar relevante en el mito. Saturno le confirió a Jano la facultad de ver tanto el pasado como el porvenir; un ojo muy completo, capaz de ver hacia adelante y hacia atrás. Por eso Jano es representado con dos caras perfiladas que ven en direcciones opuestas.
Y fíjate que los ojos humanos no son gran cosa en comparación con otros ojos de la naturaleza, al menos en algunas facultades. Los peces tienen un gran ángulo de visibilidad e incluso pueden mirar un poco hacia atrás; las águilas ven su presa a cientos de metros de altura, una inocente liebre que para nosotros sería un punto invisible. Pero esos ojos nuestros, a la vez deslumbrantes y algo rudimentarios, parece que están cerca de prestarnos otro invalorable servicio.
¡Apaga la luz! Ordenan los ojos
Alexandr Alexéyev, un estudiante ruso de la Universidad Estatal de Vorónezh, al que hay que admirarle su excelente visión, acaba de inventar un novedoso y pequeño ordenador con cámara que se instala sobre la cabeza, enfocando los ojos de su portador sin obstruirle la visibilidad ¿alguna vez has dicho a un amigo «¡vámonos de este lugar!» con un simple movimiento de cabeza?
La idea es que hagas un movimiento con la pupila que el ordenador interprete como tu deseo del momento. ¿Quieres apagar la luz? El ordenador envía la orden al interruptor, que tendría un sensor para entenderla y pasar a off.
Una cosa será necesaria: tener a las pupilas muy bien educadas, hasta que la cámara pueda cambiar de ángulo, mirar al cerebro y leer directamente los deseos, suponiendo que ese sea el lugar de residencia de los sentimientos. Esa novedad volvería obsoletas a las pupilas, por lo menos para ese laborioso trabajo de dar instrucciones, que seguramente nos dejará con la vista algo casada.