Durante una exhibición automovilística, Paul Bailey perdió el control de su Porsche 918 Spyder y protagonizó el accidente. Según la organización del evento, el volante podría haber sufrido un fallo. Cinco personas se encuentran en estado grave, entre ellas el propio conductor del vehículo. El auto iba a más de 330 kilómetros por hora así que, al salirse de la pista, derribó sin dificultades las vallas que separaban a los espectadores.
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