A continuación, se utilizaron esos datos para mapear las áreas tabú, las menos problemáticas (en color claro) y las muy incómodas, en tonos más oscuros. En general, los datos muestran lo que se podría esperar: cuanto más cercano es el vínculo, mayor será el área del cuerpo que se pueda tocar. Este mapa se une al del gusto.
"Los resultados indican que tocar es un modo importante para el mantenimiento de las relaciones sociales – señaló Juulia Suvilehto, investigadora de la Universidad Aalto en un comunicado – El mapa del espacio táctil está estrechamente asociado con el placer causado por el tacto. Cuanto mayor es el placer por tocar un área específica del cuerpo, más selectiva resulta nuestra aceptación para que otras personas entren en contacto con ella”.
El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, se realizó con voluntarios de ambos sexos del Reino Unido, Finlandia, Francia, Italia y Rusia y aunque las influencias culturales no resultaron importantes, sí se descubrió que para los británicos, tocar o ser tocados es algo mucho más incómodo que para el resto.