México es el primer país del mundo que usa la recién creada vacuna para la prevención del dengue, una enfermedad infecciosa que afecta a 400 millones de personas al año, 32.100 mexicanos el año pasado. La vacuna, de Sanofi Pasteur, sale al mercado tras 20 años de desarrollo y comienza en el país latinoamericano su implantación. La farmacéutica espera que sea aprobada en 20 países antes de final de año, en Europa para comienzos de 2016 y Estados Unidos en 2017.
En los últimos 50 años, el dengue se ha extendido debido al cambio del clima y la urbanización. Hace medio siglo afectaba a un puñado de países, hoy a 128, es decir, 4000 millones de personas están en riesgo de contraer la enfermedad. La OMS tiene como objetivo disminuir las muertes por dengue del 50% al 25% en los lugares donde es endémica para 2020.
Hasta ahora no había ninguna vacuna para evitar la enfermedad. La seguridad y eficacia de la pionera inmunización ha sido probada con ensayos clínicos con más de 40.000 personas de 15 países. Su eficacia es del 60,5% en prevención del dengue y un 93,2% para el hemorrágico.
El dengue es una enfermedad infecciosa producida por cuatro tipos de virus muy parecidos. Es común en Asia, América Central y del Sur y África. No se transmite de persona a persona. Lo hace a través de la picadura del mosquito hembra Aedes aegypti, que la transmite pero no la padece. Es el mismo mosquito que transmite la fiebre amarilla. Una vez dentro del humano, el virus se replica y produce una inflamación generalizada de los órganos que va colonizando.
La enfermedad se identificó en 1779. Los esclavos que provenían de África lo llamaban dyenga, que deriva del swahili “Ki denga pepo” que significa “ataque repentino provocado por un espíritu malo”. Los síntomas son parecidos a los de la gripe. Suele durar siete días. Comienza con fiebre, dolor de cabeza, muscular y articular. Por estos últimos síntomas, algunos la llaman la fiebre rompehuesos. También pueden aparecer dolores abdominales, náuseas, vómitos y diarrea.
Se puede tratar con analgésicos y para paliar las consecuencias de las diarreas hay que beber mucho líquido. Poco más. El problema es si se padece la enfermedad por segunda vez porque cursa de una manera mucho más agresiva. Se padece entonces el llamado dengue hemorrágico. Se identifica rápido porque aparecen manchas de sangre en la piel (petequias) y el desenlace es demasiado a menudo la muerte.
El dengue es una enfermedad infecciosa producida por cuatro tipos de virus muy parecidos. Es común en Asia, América Central y del Sur y África. No se transmite de persona a persona. Lo hace a través de la picadura del mosquito hembra Aedes aegypti, que la transmite pero no la padece. Es el mismo mosquito que transmite la fiebre amarilla. Una vez dentro del humano, el virus se replica y produce una inflamación generalizada de los órganos que va colonizando.
La enfermedad se identificó en 1779. Los esclavos que provenían de África lo llamaban dyenga, que deriva del swahili “Ki denga pepo” que significa “ataque repentino provocado por un espíritu malo”. Los síntomas son parecidos a los de la gripe. Suele durar siete días. Comienza con fiebre, dolor de cabeza, muscular y articular. Por estos últimos síntomas, algunos la llaman la fiebre rompehuesos. También pueden aparecer dolores abdominales, náuseas, vómitos y diarrea.
Se puede tratar con analgésicos y para paliar las consecuencias de las diarreas hay que beber mucho líquido. Poco más. El problema es si se padece la enfermedad por segunda vez porque cursa de una manera mucho más agresiva. Se padece entonces el llamado dengue hemorrágico. Se identifica rápido porque aparecen manchas de sangre en la piel (petequias) y el desenlace es demasiado a menudo la muerte.