Adoptado por una familia hawaiana, el felino es tan fiel que hasta sigue a sus dueños a través de las olas. Resulta que, para reparar su ojo dañado, Kuli debió somterse a varias sesiones de baños. Y como no hay mal que por bien no venga, el gato desarrolló amor por el agua. Es así que sus dueños, Alexandra Gomez y Krista Littleton, vieron que le podían enseñar surfear a su mascota. Los resultados están a la vida. Impresionante.
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