El embarazo es uno de los más hermosos períodos en la vida de una mujer, debido a su hermoso producto: un bebé; y es por ello, que tiene tal importancia y que requiere de gran madurez y responsabilidad. Cada día son más las mujeres jóvenes e inexpertas que se enfrentan a esta etapa sin contar con las herramientas y el conocimiento necesario; y es por ello, que muchas historias resultan en una verdadera tragedia.

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La historia que conocerás a continuación, es realmente triste. Se trata de una mujer que llegó a la clínica 67 del Seguro Social, en Veracruz, con serias complicaciones en su embarazo. La mujer presentaba una hemorragia en el vientre, úlceras y eccemas en toda la superficie de su piel.

Una vez en el centro de atención médica, fue ingresada rápidamente a quirófano, donde se le practicaría una cesárea. Al despertar, la madre se enteró de la noticia que cambiaría su vida: su bebé había fallecido. Los doctores aseguraron que habían hecho todo lo posible para salvarlo pero no lograron tener éxito.

Los especialistas coincidieron en que lo ocurrido se debía a que el niño había sufrido una severa intoxicación con mercurio, parásitos anisakis y toxoplasmosis. Todos estos elementos se encuentran en los mariscos, el pescado y las aves que no han sido cocinadas o congeladas correctamente.

Al entrevistar a la madre, comprendieron que lo sucedido había sido responsabilidad de la inocente madre, quien frecuentaba restaurantes de comida japonesa y amaba consumir mariscos preparados a baja cocción. Probablemente uno de estos alimentos se encontraba contaminado y por ello el bebé presentó gran daño neurológico, que lo condujo a la muerte.

Tras este lamentable suceso los doctores emitieron un comunicado informando acerca del terrible riesgo de consumir dichos alimentos durante la gestación, con el fin de evitar que historias como estas se repitan.

La mayoría de los alimentos de origen animal deben ser congelados; con ello se elimina un gran número de agentes patógenos. Si además de ello, luego son sometido a una adecuada cocción, el riesgo de enfermar al consumirlos es prácticamente nulo.

Ojalá la historia de esta pobre madre que desconocía las consecuencias de sus actos y el peligro en el que colocó su vida y la de su bebé, sirva para muchas otras mujeres que se encuentran embarazadas o desean estarlo; para que todas ellas cumplan con las recomendaciones y con los cuidados necesarios para preservar su salud y la su bebé.

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