Durante décadas, la televisión ha sido tantas cosas, desde ser un centro de entretenimiento privilegiado hasta ser llamada "caja boba" porque los televidentes era receptores pasivos de los mensajes que esta emitía y no podían interactuar con ella, salvo cambiar de canal. Con ella hemos crecido, reído, jugado y hasta llorado. Hemos aprendido y en cierto modo hemos conocido nuestro alrededor hasta la llegada de nuevas plataformas traídas por Internet. Y son precisamente ellas, las nuevas plataformas, las que han hecho que la televisión haya dejado para siempre de ser lo que era, aunque en otro sentido se use más que nunca. Hoy trataremos de volver atrás para posteriormente regresar al futuro. Saber de donde venimos, para conocer hacía donde vamos: Smart TVs.

La televisión nació con varios propósitos. El primero fue darle más vida a las retransmisiones radiofónicas, tanto a noticieros como a relatos o radionovelas. Otro fue hacer que cada casa pudiera tener conexión visual del mundo exterior, y sobre todo, poder llevar a nuestro hogar las escenas de la gran pantalla.

Expansión y evolución a nivel global
Aunque a nivel mundial su expansión se produjo antes, en muchos países no se pudo disfrutar de la primera emisión mediados de la década de 1950. Y claro, fueron emisiones que llegaron en blanco y negro. El público estaba acostumbrado al cine con ese tipo de colores, por lo que eso no importó ni influyó negativamente en su éxito. No sería hasta la década de1970 cuando comenzaría a expandirse la TV en color, y para entonces la televisión ya era un fenómeno de masas que nos acercaba al resto del mundo.

Durante mucho tiempo hubo muy pocos canales, pero lograban reunir a la familia en el salón como si fueran los cientos que hoy podemos disfrutar vía satélite en nuestra SUHD. Mas adelante llegaron los reproductores de vídeo, y más tarde de DVD, junto a los Home Cinema, y sí, ya se pudo decir que la experiencia del cine había llegado a casa.

Sin embargo, aunque los televisores se fueron estirando, aplanando, y ganando una calidad de imagen extraordinaria, el modelo se mantuvo hasta la llegada de Internet, y sobre todo de las conexiones de banda ancha que posibilitaron servicios como YouTube. Aunque se concebía para subir vídeos caseros, con propuestas como VEVO se fue convirtiendo en sustituto absoluto de canales como MTV. Nos estaba dejando de gustar depender de programaciones.

La televisión no ha dejado de renovarse para seguir ocupando el lugar central de la casa.
El nacimiento de las Smart TVs

En ese contexto en que los smartphones e Internet evolucionaban a un ritmo exponencial, las TV también se hicieron inteligentes integrando widgets, y comenzaron a adquirir funciones muy convenientes como ofrecer información meteorológica y acceso rápido a la búsqueda de Google o YouTube. Más tarde, lo que nació como accesorio a la televisión tradicional consiguió su propio espacio, para ahora sí, poder sustituir completamente a la televisión de toda la vida con la llegada de servicios de streaming. Tras ver la importancia futura, las canales clásicos lanzaron sus propias aplicaciones de contenido a la carta. Lo que le siguió fue la explosión en otros mercados de servicios como Netflix.

Llegar tras una jornada complicada y ver tu serie favorita en Netflix o en Wuaki no tiene precio, pero con una Smart TV también es posible ver la pantalla de nuestro ordenador o móvil en el televisor, ideal para enseñar a familiares las fotos de un viaje, o ver mejor las de nuestros contactos en redes sociales. Incluso podemos utilizar la pantalla como monitor de juegos del móvil o de la propia televisión con aplicaciones en la nube como Gamefly, con la que disfrutar en línea de juegos con gráficos muy potentes, y sin necesidad de tener consola conectada a la televisión. Con teclado y ratón, o incluso sin ellos, tienes sustituto del ordenador en tareas como visitar redes sociales gracias a un navegador web completo.

Todo esto afecta en el sentido de que la familia, pese a haber sufrido cambios con el avance de los tiempos, vuelve a situar su centro neurálgico en la TV, ya que hay contenidos, juegos y aplicaciones para todos los miembros. Una Smart TV llega a ser algo incluso social, ya que con aplicaciones como Plex podemos compartir nuestra biblioteca de música, vídeo y fotos con nuestros amigos aprovechando las nuevas conexiones de fibra. Ganando funcionalidades adaptadas al siglo XXI, la televisión seguirá siendo durante muchos años más, la misma de siempre.





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