Pero ni siquiera por aquel entonces, cuando a todos nos sorprendían las videollamadas, éstas eran algo realmente novedoso. Muchos años antes, en la década de los 60, los ingenieros de AT&T habían llevado ya al público un aparato con el cual se podían realizar videollamadas: Picturephone.
El desarrollo de Picturephone (también conocido como videophone) se remonta a la década de los 30; en los Bells Labs de AT&T en Manhattan un equipo de más de 200 ingenieros y científicos trabajan para llevar a todo el mundo las videollamadas. Entonces consiguieron establecer videollamadas enviando por varios cables telefónicos vídeo sin comprimir, una solución funcional, pero inviable económicamente para llevar al público.
A lo largo de los siguientes años, con interrupciones en el desarrollo en los 40 probablemente causadas por la guerra, se continuó trabajando en Picturephone en los laboratorios de AT&T, hasta que en 1964 por fin se abrió al público. Al principio solo se podía utilizar en Disneyland y en la feria mundial de Nueva York de ese mismo año, donde se realizó la primera videollamada intercontiental.
A finales de ese mismo año se pusieron en funcionamiento las primeras cabinas públicas de Picturephone, pero un altísimo coste de entre 16 y 27 dólares (118 y 200 dólares actuales respectivamente) por tres minutos de llamada hizo de Picturephone todo un fracaso al que AT&T puso fin en 1968.
Los VideoPhone eran adelantados a su tiempo
En años sucesivos se trató de convertir el producto en un éxito, llevándolo a oficinas en los 70, pero una vez más el alto precio fue el gran obstáculo para su éxito. En 1992 se hizo un último intento llevándolo a casas de particulares bajo el nombre de VideoPhone 2500, contando además con la novedad de soportar color; en esta ocasión el elevado precio (el aparato en si costaba 1500$, equivalentes a unos 2500 actuales) se unió a la necesidad de que ambas partes en la conversación tuviesen un aparato en casa.
El resultado fue un total de ventas en todo el mundo de tan solo 30000 aparatos hasta 1995. Después de esto, AT&T cerró definitivamente el desarrollo del producto, relegado definitivamente al fracaso.
No cabe duda de que las videollamadas son en la actualidad todo un éxito; los ingenieros de AT&T acertaron en su predicción de que estas eran el futuro, pero se adelantaron a su tiempo, se pasaron de visionarios y fracasaron consecuentemente.