Los gatos son conocidos por ser grandes manipuladores, recordemos en 2007 cuando los investigadores encontraron que nuestros amigos felinos en realidad se domesticaron ellos mismos para poder comer nuestra comida desde hace unos 12,000 años. Ahora, un estudio trata de encontrar si los gatos en realidad entienden el dialecto de su dueño para comunicar sus necesidades de manera más eficaz.

¿Cómo puede ser esto posible? ¿Sabías que los gatos pueden desarrollar acentos igual que nosotros?. Susanne Schötz de la Universidad de Lund, en Suecia explica: "Sabemos que la melodía de los sonidos de los gatos varían ampliamente, pero no sabemos cómo interpretar esta variación. Vamos a grabar vocalizaciones de aproximadamente 30 a 50 gatos en diferentes situaciones, por ejemplo, cuando quieren acceso a los lugares deseados, cuando están contentos, felices, hambrientos, molestos o incluso enfadados, y así tratar de identificar cualquier diferencia en sus patrones fonéticos. "

Así que este será el primer intento para comprender estos cambios vocales, Schötz y su equipo harán éste estudio en los próximos 5 años para ver cómo la entonación y el habla de el felino afecta su discurso. El equipo logrará esto mediante el análisis del discurso de los gatos basándose en la región de donde viven. Con el análisis de la fonética se espera encontrar si tu amigo peludo ha desarrollado patrones de habla.
"Queremos saber en qué medida los gatos domésticos se ven influidos por la lengua y el dialecto que los seres humanos utilizan para hablar con ellos, porque al parecer los gatos utilizan diferentes dialectos en los sonidos que producen", aseguró Schötz.
El estudio se torna un poco más interesante ya que los gatos salvajes suelen dejar de maullar después de que su madre los envía por su cuenta. Esto fomenta y plantea una gran pregunta entre los investigadores, ya que probablemente, tu gato piensa que eres un gato gigante o su madre. Esta teoría cobró impulso en 2014, cuando el investigador John Bradshaw publicó su libro Sentido del gato después de estudiarlos durante más de 30 años.
Dado que el estudio apenas comienza, tenemos una larga espera por delante de nosotros antes de que tengamos una respuesta concreta. La siguiente pregunta es si en realidad queremos saber lo que nuestros gatos están diciendo. Después de todo, podrían haber sido insultos para nosotros todo este tiempo.



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