Un muchacho en evidente estado de ebriedad comenzó a pelearse con los pasajeros y no paraba de amenazar cuando uno de usuarios del servicio lo tomó por la espalda hasta dejarlo semiinconsciente. Los pasajeros de un convoy del subte de Los Ángeles eran amenazados y acosados por un joven en evidente estado de ebriedad, cuando apareció el héroe de la jornada: el fornido Adrian Kaczmarek, quien sin decir la palabra lo redujo fácilmente.
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