Todo empezó cuando su prometida, su novia de toda la vida, dejó a Matt King y él se encerró en casa. Pero no a llorar. Matt estaba trabajando en un nuevo proyecto: Uffbook, una red social cuyo objetivo no es que sus usuarios aparenten felicidad, sino que compartan su tristeza.
"Estaba roto. Entonces me metía a Facebook y se me caía encima toda esa avalancha de falsedad, autobombo y realidad distorsionada. Me sentía un marciano, totalmente aislado del resto de la humanidad", ha declarado Matt.
Uffbook nació de una premisa sencilla, contestar con sinceridad a esa pregunta que te asalta nada más loguearte en la red social azul: "¿Qué estás pensando?".
"Me di cuenta de que no había en toda la red un lugar en el que poder ser realmente sincero sin filtros, sin miedo a ser juzgado. Quería poder leer los pensamientos reales de la gente y poder conectar con ellos en sus momentos más oscuros, no solo en los buenos".
En una época dominada por mensajes de optimismo azucarado impresos en tazas y libretas, reivindicar la desazón es poco menos que revolucionario.
"Confiaba tanto en el proyecto porque únicamente a través de la sinceridad podremos aceptar que la tristeza es necesaria y la decepción, parte del éxito".
Al igual que en Facebook, cuando entramos a Uffbook también nos recibe una pregunta: "¿Que te está jodiendo la vida hoy?".
"Confiaba tanto en el proyecto porque únicamente a través de la sinceridad podremos aceptar que la tristeza es necesaria y la decepción, parte del éxito".
Al igual que en Facebook, cuando entramos a Uffbook también nos recibe una pregunta: "¿Que te está jodiendo la vida hoy?".
Para sus usuarios es un alivio registrarse y poder gritar a los cuatro vientos ciertas cosas. Jessica, una adolescente de California escribía recientemente: "DEVUÉLVEME LA VIRGINIDAD. TÚ FOLLABAS MAL Y YO FINGÍA LOS ORGASMOS".
Algunos se rieron con su frescura a la hora de soltarlo, otros se unieron a la conversación para compartir experiencias propias. Si hay algo que muchos usuarios señalan en sus muros es que compartir sus pensamientos oscuros de una manera tan natural les hace sentir que el dolor se vuelve más liviano.
Aunque el funcionamiento técnico de Uffbook es muy parecido al de la red en que se inspira, no dispone de su famoso botón de "me gusta" sino de "uff", el equivalente del tantas veces demandado "no me gusta".
"Poner 'Uff' es como solidarizarte con esa persona, decirle ' tío, no me gusta que estés así pero que sepas que estoy aquí'".
Taylor, Inglaterra, 27 años: "Mi abuela ha muerto y estoy escribiendo esto sentado al lado de unos contenedores de basura porque es donde siento que está ahora mismo mi lugar".
Sebastian, Francia, 25 años: "A veces, los fines de semana tengo que salir a dar vueltas sin rumbo para quemis compañeros de piso piensen que tengo vida social".
De todos modos, entre tanto drama, también hay espacio para el humor. Sobretodo para reírse de uno mismo. Es el caso de Francesco, italiano de 25 años: "Cuando me emborracho, veo a la gente más fea que cuando voy sobrio. Eso también me incluye a mí :(".
Otro lo firmaba Carlos, de edad indeterminada, desde México: "Después de un día de mierda, hoy estaba dispuesto a que nada me lo chafara. Me he levantado, me he dado una larga ducha caliente y, nada más salir, me han dado unas ganas inaguantables de hacer caca, ¿cómo puede uno seguir creyendo en la vida así?".
Aunque no todos los usuarios de Uffbook están tristes. También están los coléricos y los enfadados. Gente que ha dejado que se llene tanto el vaso que un día se desborda y se inunda la habitación.
Tino, Francia: "Cada vez que me pongo al lado de alguien en el metro y se agarra el bolso como si le fuera a robar me quedo con todas las ganas de decir algo como 'tranquila, no te voy a robar porque bastante tienes ya con esa nariz romana'".
Carlos, España: "Basta ya de inventar nuevas palabras para que las verdades incómodas parezcan bonitas. No soy fofisano, estoy gordo. G-O-R-D-O".
Lo único que está prohibido en Uffbook son las frases motivacionales y las fotos de cachorritos. Son denunciables y retiradas en menos de un día por el equipo de censores. Así los usuarios disfrutan de un espacio libre de positivismo barato que, en palabras de Matt King, "no sirve nada más que para esconder los problemas reales debajo de la alfombra".
Diversos estudios han apuntado que Facebook puede llegar a ser perjudicial para nuestra salud mental, provocando depresión, baja auto-estima y celos. Todo ello debido al fenómeno psicológico conocido como “comparación social”. El problema está en comparar la monotonía de nuestra vida con algo así como los “greatest hits” de las vidas de los demás.
En el caso de Uffbook, en cambio, puede darse el fenómeno contrario . Compartir y comparar nuestras inquietudes con las de los demás podría acabar por reforzar nuestra autoestima.