Bakonyi llegó a China en 2014, invitado a pasar una temporada en una residencia para artistas en Shanghai. Pero el fotógrafo adelantó su viajes seis meses para poder pasar ese tiempo recorriendo el país. El resultado de ese periplo fue esta magnífica serie de fotos, de la que aquí te ofrecemos una muestra.
"Como no conocía el idioma y no podía hablar con los habitantes locales, decidí que sería una buena idea sacar las fotos sin gente, lo que sería una metáfora de la incomunicación a la que me enfrentaba", explicó el artista. Desde luego, hay que reconocer que fue una idea magistral. Porque sus excepcionales fotos nos permiten contemplar algunos rincones del país de una forma insólita.