Las cosas que tiene que ver el ser humano en estos días del siglo son estruendosamente ridículas y salidas de la ciencia ficción. Es imposible creer como un Juez condena a un niño de tan poca edad como culpable de múltiples asesinatos.
Todo parece indicar que no hay claridad en los hechos y la ciudadanía de la comunidad todavía se encuentra en shock al salir la sentencia de culpabilidad, todos piensan que existe una confusión con los nombres de la persona que supuestamente fue el asesino de tres ´personas. Pero no la situación es muy confusa ya que según el ejército de ese país aduce que los hechos se sucedieron en la protesta muy mencionada del año 2014, donde después de una rebelión callejera se suscitó una ráfaga de disparos donde murieron varias personas. El nombre del presunto asesino es Ahmed Mansour Qorany Sharara junto a otra multitud de alrededor 115 personas más.
El ejército al movilizarse a buscar al presunto asesino y llegar a la casa de habitación de Ahmed Qorany y encontrarse con la extraña sorpresa que el presunto asesino solo contaba con tres años de edad, se les ocurrió la brillante idea apegándose a la legislación vigente, de que si un menor comete un delito, el padre debe ser aprendido para que pague la pena hasta que el menor pueda asumir su responsabilidad al cumplir la mayoría de edad. Y este padre cumplió cuatro meses de encarcelamiento mientras se realizaban las investigaciones del caso.
Los abogados de las otras 115 personas supuestamente involucradas, aprovecharon este hecho del niño de tres años para invalidar y ridiculizar las pruebas presentadas en el juicio. Al presentarse ante el juez sólo le recalcaban que como se iba a juzgar por asesinato a un niño que apenas podía caminar, como pretenden que el niño pueda apuntar un arma si apenas puede mantener el equilibrio. Parece una locura que un niño de esa edad pueda saber manipular un arma del calibre que estaba involucrada en el asesinato Lo cierto fue que el veredicto salió y se prometió que el niño y el padre no serían privados de libertad.
Como toda esta historia de ciencia ficción, los hechos demostraron lo contrario, siguieron acosando al padre del niño. En un comunicado el ejército trató de enderezar este entuerto aduciendo que a quien estaban buscando era una persona de 16 años de edad y que tenía el mismo nombre de su hijo.
Por insólito que esto parezca, de verdad, no quisiera caer en el juzgado de este abogado envestido del cargo de juez. Qué vergüenza.