En los 34 segundos que dura el vídeo puede verse cómo el hombre trata de acercarse por detrás a la mujer de forma reiterada. En un primer momento ella intenta apartarse y eludir la confrontación, pero la cosa va a más. El acosador no acepta el rechazo y se aproxima de nuevo, llegando a acariciar con su mano el hombro de la dama. Es ese contacto físico no deseado lo que desencadena la reacción de defensa, tan veloz como efectiva.
Antes de poder darse cuenta el hombre está en el suelo, completamente noqueado. La mujer aparta su mano de su hombro con un golpe fugaz y le obliga a retroceder con un directo a la cara. Un rodillazo en la entrepierna y otro en el rostro completan la maniobra de defensa. Pocos segundos después se abre la puerta del ascensor y la fémina puede salir del incómodo espacio, mientras el varón permanece aturdido y sin poder levantarse.
