Algunos dermatólogos señalan que los estiramientos a lo mejor podrían funcionar con los músculos elevadores, responsables de la flacidez, pero no con los depresores, que se contraen y generan las características arrugas de expresión. En este último supuesto, el ejercicio incluso podría ser contraproducente. Los promotores del fitness facial creen que puede ser una vía complementaria a la cirugía estética (para practicar antes y después de la intervención) y que, en todo caso, mejora el riego sanguíneo y el aspecto del cutis.
Lo que sí se ha demostrado es que a nuestra tez le sienta bien cualquier forma de ejercicio físico. Investigadores de la Universidad McMaster, en Canadá, comprobaron que incluso puede revertir el proceso de envejecimiento. Tras analizar muestras de piel antes y después de pasar tres meses haciendo deporte, observaron que las capas cutáneas internas y externas se asemejaban al tejido de sujetos más jóvenes.