Al ingresar, automáticamente la aplicación conecta con alguno de los 25.000 usuarios que suelen estar online, y el diálogo se da sin reserva:
—Hola amor, tengo 17 y soy latina, busco alguien para chatear de todo.
—¿Qué quieres?
—Mostrarte mis fotos desnuda.
Así de simple es la presentación. No hay identidad, no hay registros ni nada que pueda hacerle saber al usuario con quién está chateando realmente.
Crecen denuncias.
Esta red es una de las varias que han sido denunciadas como factor que incide en las citas de adolescentes a escondidas que terminan en denuncias de personas "desaparecidas", o incluso en delitos serios.
Según el encargado del Departamento de Delitos Tecnológicos de Uruguay, Winston Rodríguez, las redes sociales mediante las cuales se denuncian mayor cantidad de delitos son Facebook, WhatsApp y Yodel.
"Las denuncias por delitos mediante el uso de las redes sociales se han triplicado en los últimos tiempos y hoy se registran unas 1200 por año", informó Rodríguez. Agregó que "en Uruguay hay unos cinco millones de dispositivos, todos nuestros hijos tienen un teléfono celular y seguramente ingresan a las redes".
Atento a ese fenómeno, el Ministerio del Interior lanzará en las próximas horas una campaña para concientizar a las familias sobre el uso de las redes y los riesgos que pueden derivar de un uso sin control.
"Les vamos a dar pautas a los padres para que estén atentos a lo que hacen sus hijos cuando están en internet, son parámetros para que se interioricen sobre una problemática que está creciendo", informó Rodríguez.
Alerta de interpol.
El pasado mes de abril, la oficina internacional de Interpol emitió una alerta por una modalidad delictiva a través de internet, conocida como "sextorsión".
Se trata de un delito del que muchas veces son víctimas adultos incautos, atraídos para posar desnudos o masturbarse delante de sus cámaras web, y son grabados sin su conocimiento.
Una vez que tienen las grabaciones, los delincuentes usan ese material para chantajear y amenazar con hacerlo llegar a los amigos y familiares de las víctimas si no aceptan sus peticiones. En la mayor parte de los casos el móvil de este delito es financiero.
El procedimiento generalmente es pedir que, a cambio de no difundir el video, envíen una cuantiosa suma a países como Costa de Marfil, Ghana y Nueva Guinea, según informó el especialista en delitos informáticos Manuel Dias Rocha.
La suma solicitada oscila entre los US$ 500 y los US$ 3.000. En una gran parte de los casos, se ordenará a la víctima que envíe el dinero a través de Western Union. Sin embargo, aun cuando la víctima haya enviado el dinero exigido, es posible que el delincuente la chantajee una y otra vez.
En algunos casos, las víctimas recibirán también e-mails fraudulentos enviados supuestamente por policías, en los que se les comunica que han recibido ese material indecente y que la persona está siendo investigada, a fin de someterlas a una mayor presión.
El Departamento de Investigaciones Complejas ha exhortado a no realizar el pago pedido por los delincuentes y a denunciar el hecho a través de la línea anónima 0800-5000, o llamar al Departamento de Delitos Tecnológicos: 2908 3726.
"Aprendí a estar más atento".
Alberto Saucedo, padre de Martina, la joven que desapareció por más de un día el pasado 28 de julio porque se encontraba en la casa de otro menor de edad, declaró a El País que "es impresionante la herramienta que existe en las redes sociales para un montón de cosas buenas, y de las otras". Su hija se contactó con un chico sin que sus padres lo supieran, y pactaron un encuentro. Quedaron en encontrarse en el Antel Arena (ex Cilindro) a la salida del colegio, y en ese mismo lugar apareció después de 24 horas, cuando se había producido una gran alarma por su desaparición.
Desde ese momento, para Alberto y su esposa, la perspectiva con la que miran las redes sociales es otra.
"Estamos siendo mucho más precavidos, no queremos que le pase esto a ninguna otra familia, aunque sabemos que es inevitable, porque algunos por no estar al tanto de lo que sucede en Facebook, por ejemplo, tienen estas desatenciones", indicó el padre. "Yo aprendí a estar más atento".
Según indicó un oficial especializado en Interpol, "cuando las chiquilinas desaparecen, en la mayoría de los casos es porque se contactaron con alguien en las redes sociales, tienen entre 14 y 18 años; resulta que se van con algún noviecito y no le dicen nada a los padres, por miedo o por vergüenza".
El fenómeno, que se da a nivel mundial, no siempre tiene un desenlace feliz para la familia. "A través de los chats te citan, y luego cuando querés acordar te encontrás frente a un violador", dijo el oficial.
El Departamento de Investigaciones Complejas ha exhortado a no realizar el pago pedido por los delincuentes y a denunciar el hecho a través de la línea anónima 0800-5000, o llamar al Departamento de Delitos Tecnológicos: 2908 3726.
"Aprendí a estar más atento".
Alberto Saucedo, padre de Martina, la joven que desapareció por más de un día el pasado 28 de julio porque se encontraba en la casa de otro menor de edad, declaró a El País que "es impresionante la herramienta que existe en las redes sociales para un montón de cosas buenas, y de las otras". Su hija se contactó con un chico sin que sus padres lo supieran, y pactaron un encuentro. Quedaron en encontrarse en el Antel Arena (ex Cilindro) a la salida del colegio, y en ese mismo lugar apareció después de 24 horas, cuando se había producido una gran alarma por su desaparición.
Desde ese momento, para Alberto y su esposa, la perspectiva con la que miran las redes sociales es otra.
"Estamos siendo mucho más precavidos, no queremos que le pase esto a ninguna otra familia, aunque sabemos que es inevitable, porque algunos por no estar al tanto de lo que sucede en Facebook, por ejemplo, tienen estas desatenciones", indicó el padre. "Yo aprendí a estar más atento".
Según indicó un oficial especializado en Interpol, "cuando las chiquilinas desaparecen, en la mayoría de los casos es porque se contactaron con alguien en las redes sociales, tienen entre 14 y 18 años; resulta que se van con algún noviecito y no le dicen nada a los padres, por miedo o por vergüenza".
El fenómeno, que se da a nivel mundial, no siempre tiene un desenlace feliz para la familia. "A través de los chats te citan, y luego cuando querés acordar te encontrás frente a un violador", dijo el oficial.