Tyrion Lannister de Juego de Tronos, Filius Flitwick de Harry Potter, los Oompa Loompa de Charlie y la fábrica de chocolate, los Ewoks de Star Wars o el actor de Quiero ser Negro. Todos hemos admirado a uno de ellos. 


Los personajes interpretados por actores con enanismo son recurrentes en Hollywood, donde representan un porcentaje mucho mayor del que vemos en nuestro día a día. Suelen interpretar a seres fantasiosos de estatura reducida o una especie de bufones que aportan un toque humorístico a las películas. Muchos se han ganado nuestra admiración. Y a menudo, sus características físicas han jugado un papel esencial en ello.

Pero ¿es esta admiración algo beneficioso para ellos o, más bien, una manera de seguir encasillándolos?

La historia nos dice que lo segundo. 

Desde la Edad Media, la gente pequeña ha sido tratada como una especie de diversión humorística para deleite de los más adinerados. En 1643, Velázquez ya retrató a uno de estos bufones, el llamado don Sebastián de Morra. Y en los siglos XIX y XX la cosa fue a más, con freak shows en los que se dedicaban a hacer el payaso y la vergonzosa competición de lanzamiento de enanos, muy popular en Australia y Estados Unidos.

Muchos podrían decir que esto ha quedado en el pasado. Que ahora están tan valorados como el resto y no sufren la misma discriminación. Pero en Las Vegas se siguen realizando espectáculos con “Mini Donald Trump”, “Mini Kanye West” y “Mini Kim Kardashian”. Esta última, por cierto, ha muerto con 32 años, después de una sobredosis de alcohol.

La vida de los enanos que se dedican al mundo del espectáculo no suele ser como la de las grandes estrellas. Y eso que es una de las industrias que más trabajo les da. Hasta el 20% de las personas pequeñas de EEUU viven en Los Ángeles, y la gran mayoría trabajan en Hollywood. Pero sus papeles siempre son los mismos y, además, están muy mal pagados.

En la película El Mago de Oz (1939) aparecieron 124, la mayor cifra hasta el momento –aunque el estudio quería 300–. Y todos ellos cobraron menos que Toto, el perro de Dorothy. La mascota recibió 125 dólares semanales; los enanos, 50.

Aunque gracias a la organización Little People of America (LPA) sus derechos están mejorando, esto no impide que siga habiendo variaciones en los sueldos y los papeles que interpretan. De hecho, la LPA intentó que se eliminara la escena de El Lobo de Wall Street en la que los directivos realizan lanzamiento de enanos como un divertimento más. Por supuesto, no tuvieron éxito.

El debate al respecto llega hasta la nomenclatura. Aunque el término correcto es “gente pequeña”, también está aceptado “enano”, siempre que no se utilice como algo despectivo o se confunda con los personajes de El Señor de los Anillos. De vez en cuando se intentan implementar otros nombres como “liliputiense”, que no hacen más que ridiculizar sus características.

Pero si el problema solo se encontrara en los sueldos y papeles que reciben no sería más que una situación similar a la que pasan los actores de raza negra u orientales. Sin embargo, el problema se agrava cuando hablamos de historias concretas. No existe un índice que contabilice el número de suicidios entre la gente pequeña, pero los casos hablan por sí solos.

Aquí algunos de los más destacados:
  • Michael Gilden, conocido por su papel como Ewok en El Retorno del Jedi y por haber aparecido en Pulp Fiction y CSI, se ahorcó el 5 de diciembre de 2006 en su casa de Los Ángeles. 
  • David Rappaport, actor inglés aparecido en The Bride y Black Jack, se pegó un tiro en 1990.
  • Hervé Villechaize, actor e imitador conocido en España por haber hecho de Felipe González en el programa Viaje con nosotros, se disparó en 1993 dejando una nota de suicidio que decía que el enanismo le estaba provocando un dolor físico insoportable.
  • Como antes comentábamos, Kimberly Tripp, la Mini Kim Kardashian, bebió hasta la muerte el pasado marzo.
  • Henry Nasiff Jr, muy famoso en Estados Unidos por aparecer en varios realitys, murió en 2009 por abuso de etanol.
  • El actor Verne Troyer, de Harry Potter, estuvo a punto de hacerlo en 2002 por sobredosis de alcohol.
  • Estos son solo algunos de los casos más sonados. Muchos están relacionados con los problemas físicos que tienen desde el nacimiento –siempre dependiendo del tipo de enanismo que sufran–, pero gran parte de culpa la tienen las presiones que sufren por la fama y el hecho de vivir en una vida centrada en su condición física.

Aun así, existe un hombre que parece estar cambiando esta situación: Peter Dinklage.


El actor que más minutos aparece en Juego de Tronos encarna a un personaje cuyo físico es lo de menos, engatusando al público con su carisma irrepetible. En su discurso en los Globos de Oro de 2012, aprovechó para explicar la historia de Martin Henderson, una persona pequeña que fue lanzado como parte de una competición de lanzamiento de enanos y quedó paralizado en el acto.

También ha impulsado una película biográfica (actualmente en producción) sobre el fallecido Hervé Villechaize y O'Lucky Day, un filme que está preparando para dar un enfoque distinto sobre las historias de leprechauns. Aunque Dinklage no quiere ser visto como un portavoz de la comunidad, ha reconocido que hará todo lo que esté en su mano para que historias como las anteriores se repitan.

Al final, tal y como destaca la actriz Ali Chapman, lo único que quieren es ser tomados en serio: “Mi objetivo a largo plazo es ser tomado en serio, como una actriz cualquiera. Claro que Peter Dinklage puede hacerlo, pero, de momento, no hay muchos de nosotros en su posición. ¿Por qué no puedo aparecer en una película como una enfermera, una madre o una señora paseando a su perro? ¿En serio solo puedo ser un elfo o un duende?”





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