Se trata de un fenómeno conocido como fosfenos, que ha sido investigado durante años por científicos que han tratado de desentrañar si se trata de un proceso natural del ojo o si es algo de lo que debiéramos preocuparnos. 

¿Qué son los fosfenos y a qué se deben?
A veces cuando cerramos los ojos con mucha fuerza la oscuridad se ve invadida por unas lucecitas de colores flotantes que no parecen proceder de ninguna luz exterior.

Estas lucecitas son los fosfenos, causados por la estimulación magnética, eléctrica o mecánica de la retina o la corteza visual. De hecho, se describió por primera vez a este fenómeno después de que en 1918 Lowënstein y Borchard observasen su aparición después de estimular el córtex visual, aunque no fue hasta más de tres décadas después cuando se confirmó que, efectivamente, ésa era su causa.

Aunque se ha relacionado con la inflamación del nervio óptico, conocida como neuritis óptica, no es necesario estar enfermo para verlos; pues, de hecho, todos lo hemos hecho en alguna ocasión.

Esto ha llevado a que se convierta en el objeto de estudio de muchos científicos, hasta que en 2008 se encontró una curiosa explicación al fenómeno: no está fuera del ojo, sino dentro.

¿Cómo se forman los fosfenos?
La respuesta a esta pregunta fue dada en 2008 en un estudio publicado en la revista Biosystems y se basa en la capacidad de las células del sistema visual humano para producir fotones de luz, que actuarían sobre la retina del mismo modo que la luz externa, haciendo que “veamos” estas curiosas manchitas.

Por lo tanto, si ves estos puntitos no pasa nada malo, salvo que los estés viendo continuamente, en ese caso sí que deberías acudir a un profesional. Por lo demás, no parece ser más que otro de los muchos procesos naturales de este organismo nuestro del que aún nos queda tanto por conocer.




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