El escarabajo bombardero apunta hacia el objetivo moviendo el abdomen de lado a lado. Unas glándulas secretoras del abdomen preparan una mezcla de productos químicos tóxicos que almacena en una cavidad, y cuando el insecto se siente amenazado, una válvula libera los productos químicos de la cavidad hacia una cámara de combustión donde reaccionan con enzimas para formar compuestos de quinonas, agua, oxigeno y mucho calor. Se genera una presión, que provoca la expulsión hacia el exterior de los productos químicos cáusticos y calientes en rápidas ráfagas.
Parte del líquido caliente y cáustico se convierte en un gas fino y nocivo. El ataque deja mareado y confundido al depredador, dándole al escarabajo la oportunidad de escapar.
Este escarabajo puede disparar su jugo venenosos hasta 50 veces por el cañón móvil que posee en su abdomen.

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