Se extinguió a finales del siglo XX debido a la tala del bosque y a su caza con fines alimenticios, de uso en remedios tradicionales o para satisfacer la curiosidad. Desde entonces, nuestra información sobre él ha quedado reducida a unos pocos ejemplares de museo.
Ahora, casi un siglo después han aparecido unos rollos de películas con este ave como protagonista, y es el único documento audiovisual que se conoce de este animal.
Las películas, grabadas en 16 mm, las filmó William L. Rhein, un dentista aficionado a la ornitología de Pennsylvania y muestra al gigantesco pájaro de alrededor de 50 cm de tamaño, con su cresta extravagante.
Las rodó en uno de sus viajes a México, cuando se propuso grabar imágenes del carpintero imperial y el sonido de su canto. Lo primero lo consiguió, mientras estaba a lomos de un caballo en la Sierra Madre Occidental. Por eso el plano se mueve muchísimo. El vaivén del caminar del caballo se nota. Pero las imágenes valen la pena sin duda. Muestran a una hembra haciendo todo tipo de labores. Volando, aterrizando, despegando, también aparece posada en vertical sobre un tronco, picando y comiendo.
Escena 1
Escena 2
Escena 3
Escena 2
Escena 3