Es una pregunta que ha llevado de cabeza a los aracnólogos desde hace décadas? Cómo es posible que no se peguen?
A inicios del siglo XX, algunos observadores apuntaron que las arañas recubrían sus patas con un aceite que producían en la boca, pero la observación nunca pudo ser confirmada por la ausencia de técnicas digitales adecuadas. Estudios más recientes señalaron que las arañas caminan en forma delicada, tocando apenas la tela con los pelos de sus patas. Sin embargo, durante la construcción de la tela las patas tienen un contacto mucho mayor con los hilos, pero aún así la araña no queda atrapada.
Para resover el misterio, los investigadores Daniel Briceño y William Eberhard, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica, han publicado recientemente los resultados de su trabajo en la revista Naturwissenschaften. Eberhard y sus colegas combinaron una cámara de video y un microscopio para registrar los movimientos de la araña en cada detalle mínimo. Los científicos identificaron tres factores que se combinan para evitar que las arañas queden atrapadas: pelos en las patas que reducen la superficie de contacto, una sustancia química que recubre las patas reduciendo la adhesión, y la forma delicada en que los animales se desplazan. "Las arañas mueven sus patas con mucho cuidado de forma que puedan desprenderse fácilmente de los hilos", dijo Eberhard.
El microscopio mostró que cuando una araña toca un hilo pegajoso, gotas diminutas de la sustancia adhesiva se transfieren a los pelos de las patas. Pero cuando el animal retira la pata de la tela, las gotas se deslizan por los pelos recubiertos por una capa especial y caen. Los científicos comparan este "goteo" con la forma en que el agua se desliza fácilmente de las hojas de algunas plantas tropicales.