
Les presentamos el primer reloj de agua que hemos podido ver hasta ahora. Dicho reloj situado en la estación de metro de Osaka, consiste en realidad en unos difusores de agua situados en el techo, como los que todos tenemos en nuestras duchas, pero cuyo flujo es controlado independientemente mediante un sistema informático. La precisión es tal que permite realizar formas de gran complejidad con un detalle extremo, para tratarse de un elemento tan inestable para mantener una forma como es el agua. Dicho reloj aúna de forma excelente el diseño y el dinamismo.