
El incidente tuvo lugar en 2009, en los alrededores de la localidad de Usk, en Gales. Una patrulla frenó a Robert Whatley por no llevar el cinturón, pero el anciano siguió conduciendo antes de que el policía terminara de hablar con él.
La patrulla le persiguió durante 17 minutos y cuando finalmente logró pararle, en lugar de abrir la puerta de su coche, Baillon golpeó la ventanilla con una porra metálica, mientras su colega saltaba sobre el capó y pateaba el parabrisas. Todo el proceso quedó grabado por la cámara del coche policial. El video fue filtrado a YouTube y se convirtió en un viral rápidamente.