Los efectos secundarios de muchos medicamentos suelen ser una fuente de preocupación para los pacientes que se ven obligados a tomarlos. Sin embargo, muy pocos son tan extraños y placenteros como los de un antidepresivo comercializado a comienzos de los años 80. Varias personas tratadas con un medicamento basado en la clomipaprina alertaron a sus médicos de que tras comenzar a ingerir estas pastillas experimentaban orgasmos incontrolables cuando bostezaban.
Un artĆculo publicado en una revista cientĆfica en 1995 y que recoge Ian Crofton en el libro «Historia de la ciencia sin los trozos aburridos», explica que, lejos de sentirse preocupados por este poco habitual efecto secundario, muchos pacientes esperaban que su tratamiento se prolongara durante un largo tiempo. Sin embargo, sus consecuencias no eran del todo positivas, ya que, mientras un hombre aseguraba que se veĆa obligado a llevar permanentemente un preservativo para evitar manchas incómodas, otra paciente tuvo que solicitar que se le quitara la medicación, porque en el ambiente hospitalario no habĆa manera satisfactoria de resolver sus «ansias sexuales irresistibles».
ExtraƱados por este inusual fenómeno que, ademĆ”s, afectaba a personas de ambos sexos, varios cientĆficos estudiaron los diferentes casos y, un aƱo despuĆ©s, publicaron en el Canadian Journal of Psychiatry una posible explicación del mismo. SegĆŗn los resultados de su investigación, el efecto de la clomipramina sobre la reabsorción de serotonina provocaba un aumento de los niveles de este neurotransmisor en el cerebro. Su exceso podrĆa estimular el factor liberador de la corticotrofina hipotalĆ”mica que juega un papel importante en la activación de los circuitos neuronales responsables de los patrones de comportamiento como los bostezos y la respuesta sexual espontĆ”nea.
Aunque este quizƔ sea uno de los efectos secundarios menos adversos de este tipo de medicamentos, tambiƩn es de los menos frecuentes.