Entre un cuatro y un nueve por ciento de la población sufre hipocondría. El investigador británico Andrew Gould sugiere que los médicos prescriban la acupuntura (buscando un efecto placebo) para pacientes cuyos síntomas permanecen sin explicación médica después de las pruebas oportunas.
Perfil del hipocondríaco
- Personas sensibles con miedo a la enfermedad, a las funciones biológicas (defecar, miccionar, tragar) y a la muerte.
- Su criterio perfeccionista les hace pensar que nadie les atiende como merecen.
- Sufren un proceso neurótico que les lleva a dar vueltas a todo.
- Tienen de base una estructura de inmadurez emocional, de continuo conflicto. Con ese perfeccionismo encubren su miedo a equivocarse.
- No se fían de nadie.
- Tantas vueltas dan que al final se creen la propia sensación como real y grave.
- Abogados, jueces, trabajadores de mantenimiento y médicos son los profesionales más proclives, por la minuciosidad que se les exige.
Algunos personajes muy conocidos han sufrido de este trastorno. Aquí vemos algunos casos:
Glenn Gould
Este genial pianista canadiense llevaba un diario con el registro de sus síntomas, que, por lo general, eran imaginarios.
Andy Warhol
El artista creyó que la caída del pelo y sus afecciones en la piel eran signo inequívoco de que padecía cáncer o VIH y que, por tanto, su muerte era inminente.
Adolf Hitler
El dictador nazi consumía unas sesenta sustancias químicas diferentes de manera habitual, contra distintos achaques.
Gadafi
Según Wikileaks, confundió una hipertensión con un cáncer. Viaja siempre con su enfermera y su propio equipo médico.
Marcel Proust
En busca del tiempo perdido es un tratado sobre la hipocondría. Lo escribió aislado de cualquier factor que pudiera alterar su hipersensibilidad.