
Desde que las grandes cadenas de supermercados dominan la venta de fruta y verdura, estos alimentos han sufrido dos variaciones principalmente: 1.- su precio ha aumentado 2.- el aspecto que se demanda de ellas es mucho más exigente. Todas las frutas y hortalizas de las grandes superficies tienen casi el mismo aspecto y medidas, siendo seleccionadas para que así sea y tirando a la basura, literalmente, aquellas piezas que tienen un tamaño o forma que se sale de lo normal.