KeyMe se presenta como un servicio de cerrajería automatizado que permite a los usuarios de una aplicación mandar a hacer un duplicado de una llave. La base sobre la que surge este sistema es admitir que las personas cada vez tienden a ser más olvidadizas, debido al ajetreo de la vida moderna. Sin embargo, para los desarrolladores de KeyMe la tecnología actual ya permite tener ciertas soluciones para problemas tan comunes como perder las llaves, hecho por el que se debía de destinar un excesivo gasto de 150 dólares anteriormente, tarifa promedio de los cerrajeros en los Estados Unidos.
Si bien KeyMe no es completamente nuevo, ya que inició operaciones desde hace dos años como un servicio de duplicados de llaves por correo, en el último semestre ha alcanzado notoriedad al acumular 7.8 millones de dólares en ganancia con pequeñas cabinas en 5 puntos de Nueva York.
Para usar KeyMe se debe de descargar una app (sólo disponible en iOS) que permite “escanear” y transformar en un modelo 3D cualquier llave previamente fotografíada por ambos lados. Así, cuando nos enfrentemos en la penosa situación de no poder entrar a nuestra casa por olvidar las llaves, bastará con acercarse a una de las cabinas automatizadas de la compañía para imprimir en 3D la llave de repuesto por 10 dólares.
Hasta ahí el servicio parece atractivo, pero a inicios de esta semana Wired publicó un artículo en el que criticó la facilidad con la que se puede duplicar llaves de terceros con ayuda de este servicio, por lo que a la larga podría convertirse en un problema de seguridad. La compañía se ha defendido sosteniendo que la manera en que se debe tomar las fotos para poder reproducirlas son suficientemente específicas como para volver complicado que alguien que tiene un acceso por pocos minutos a las llaves pueda duplicarlas.
Actualmente la compañía piensa seguir ampliando sus puntos de venta, e incluso a la larga comenzar a exportar su idea a otros países.
Hasta ahí el servicio parece atractivo, pero a inicios de esta semana Wired publicó un artículo en el que criticó la facilidad con la que se puede duplicar llaves de terceros con ayuda de este servicio, por lo que a la larga podría convertirse en un problema de seguridad. La compañía se ha defendido sosteniendo que la manera en que se debe tomar las fotos para poder reproducirlas son suficientemente específicas como para volver complicado que alguien que tiene un acceso por pocos minutos a las llaves pueda duplicarlas.
Actualmente la compañía piensa seguir ampliando sus puntos de venta, e incluso a la larga comenzar a exportar su idea a otros países.