
Pocos pueden imaginar que un insecto es capaz de capturar a un pájaro. El mundo al revés. Esto es lo que hace esta mantis religiosa que espera pacientemente en una fuente a los colibrís que se acercan a ella para beber agua. Con un rápido movimiento es capaz de atrapar a una de las aves entre sus patas. Hasta que llega el humano de los dedos grandes.