La historia es tan difundida que incluso figura en "Demasiado bueno para ser cierto: el Fabuloso Libro de las Leyendas urbanas", obra del estadounidense Jan Harold Brunvand, que ha dedicado largos años de su vida a recopilar y glosar este tipo de relatos.

La leyenda en cuestión tiene como tema central el sórdido mundo del tráfico de órganos y plantea el siguiente escenario: un chico —o chica— sale de juerga una noche, y se siente extrañamente adormilado luego de beber un trago. Despierta horas más tarde dentro de una bañera llena de hielo en un cuarto de hotel. A partir de ese punto, las versiones difieren: la narcotizada víctima puede haber perdido uno o ambos riñones. A veces, el inescrupuloso cirujano tiene la delicadeza de dejarle un teléfono a mano para que llame al 911, y una esquela donde le cuenta lo ocurrido.

Esta leyenda fue elegida por los Viral Brothers, unos bromistas oriundos de República Checa. Su trabajo se caracteriza por lo elaborado de sus bromas y por elegir aquellas que todos desecharíamos por creerlas demasiado pesadas.

Así, y como venganza por una trapisonda anterior, uno de los Brothers fragua con ayuda de sus amigos esta broma. Para empezar —y como muestra de que los tipos se toman en serio lo que hacen— trucan un noticiero donde la presentadora relata casos similares ocurridos en Tampa, EEUU. La "informativista" cita supuestas declaraciones del comisario encargado del caso, enfatizando que "no se trata de una leyenda urbana".

Para continuar con el truco, los bromistas narcotizan realmente a su víctima colocando pastillas en su bebida. El despertar del pobre hombre no es nada agradable.









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