Ser trabajador es considerado una cualidad. Sin embargo, a ciertas personas les resulta imposible separarse del trabajo, laborando de manera excesiva y compulsiva. Al igual que en las adicciones a las drogas más tradiciones, algunos de sus síntomas incluyen tolerancia, modificaciones al humor, síndrome de abstinencia y recaída.
La investigadora Cecilie Schou Andreassen y sus colegas del Departamento de Ciencias Psicosociales de la Universidad de Bergen, en Noruega, han sido los primeros en evaluar la adicción al trabajo en una muestra representativa a nivel nacional.
Desarrollaron el siguiente cuestionario para medir la adicción al trabajo (Si se responde "siempre" o "seguido" a más de cuatro de los siguientes siete criterios, se puede padecer la adicción):
1. ¿Piensa en cómo ocupar más tiempo para trabajar?
2. ¿Pasa más tiempo trabajando del que tenía contemplado inicialmente?
3. ¿Trabaja con el fin de reducir los sentimientos de de culpa, ansiedad, impotencia y / o depresión?
4. ¿Otras personas le han aconsejado reducir la carga de trabajo y los ha ignorado?
5. ¿Siente estrés si se le prohíbe trabajar?
6. ¿Deja de priorizar actividades como aficiones, pasatiempos y ejercicio debido al trabajo?
7. ¿La cantidad de trabajo que realiza ha tenido un impacto negativo en su salud?
El equipo encontró que el 8.3% de la población total de Noruega es adicta al trabajo. Los adultos jóvenes eran los más propensos a ser afectados, al igual que quienes son responsables de cuidar a sus hijos. Sin embargo, tanto hombres como mujeres trabajan compulsivamente. No existen diferencias aparentres entre géneros, niveles de educación, estado civil y empleos de tiempo completo o parcial.
Descubrieron que los adictos al trabajo tienden a los siguientes rasgos de la personalidad: amabilidad, neuroticismo e intelecto/imaginación. De acuerdo con los científicos, el hecho de que tantas personas sufran de adicción al trabajo subraya la necesidad de una intervención eficaz y un tratamiento adecuado.